Privacidad de los datos | El auge de las nuevas tecnologías y de las redes sociales dificulta el control de la exposición de los datos personales de usuarios y clientes. Cuando compartimos nuestra información, el interrogante que se plantea es: ¿de quién es propiedad dicha información? ¿De la empresa/red social que la solicita o nuestra?

En este contexto han surgido diversos niveles de regulaciones –locales, regionales y globales- que buscan garantizar la integridad de la información de los usuarios y clientes. Existen diversas normativas globales que, por falta de conocimiento, las empresas no aplican. Sin embargo, ostentan el mismo nivel de impacto que una regulación local e, inclusive, establecen penalidades o multas más graves que éstas últimas:

La proliferación de las normativas de protección de los datos de los usuarios confirma la amenaza que representa la invasión a nuestra privacidad: orientación sexual, cuestiones vinculadas a la salud y otras informaciones sensibles pueden verse comprometidas y ser compartidas con otros actores sin previa autorización de sus dueños.

Sin embargo, y a pesar de que la prensa especializada y los profesionales de la industria advierten sobre la amenaza a la privacidad (intencional o no) de los distintos desarrollos vinculados, por ejemplo, con la Inteligencia Artificial, según las predicciones 2019 de Gartner los consumidores ignoran las violaciones de seguridad.

La firma internacional de analistas predice que, si bien los escándalos en las redes sociales y las violaciones a la seguridad tendrán un impacto efectivo en los consumidores, los beneficios de usar la tecnología superarán a las preocupaciones sobre la seguridad y la privacidad.

Los usuarios generalmente manifiestan que las empresas de tecnología deberían estar reguladas pero, a pesar de las recientes violaciones de seguridad, la mayoría continúa utilizando los servicios digitales y las empresas realizan cambios muy limitados en esta materia.

Estos riesgos se acrecentarán con el uso de blockchain. Según Gartner, para 2022 el 75% de las redes públicas de blockchain sufrirán un «envenenamiento de la privacidad»: esto es, datos personales insertados que hacen que no se cumpla con las leyes de privacidad en la aplicación de esta tecnología. La pronunciada curva de aprendizaje asociada a blockchain hace que los desarrolladores corran el riesgo de almacenar accidentalmente datos personales de una manera que no cumple con las regulaciones. Debido a que estas “cadenas de bloques” son inmutables, los datos personales no se pueden eliminar sin comprometer la integridad de toda la cadena. Una vez más, la privacidad se ve amenazada.

En sentido inverso, la publicidad online será un ámbito que se verá afectado por la protección efectiva de la información de los usuarios. A medida que la legislación para proteger los datos de los consumidores se vuelva más frecuente y se amplíe, ésto impedirá el normal funcionamiento de la infraestructura actual de este sector. Todas estas regulaciones de privacidad encarecerán el costo de los anuncios digitales, lo que paralizará la actual máquina de ingresos por los anuncios en Internet ¿Por qué? Porque se deberá minimizar el uso de «cookies», a través de las cuales las empresas recolectan la información de los consumidores para personalizar y dirigir los anuncios publicitarios en la Web. Las leyes de privacidad electrónica y el GDPR (Reglamento General de Protección de Datos), requieren y requerirán en el futuro un consentimiento informado de cómo se usará y se venderá esa información.

Será cuestión de estar atentos al rumbo que tomarán estas tecnologías y disciplinas, de observar qué ocurre, finalmente, con nuestra información personal, y cómo reaccionamos los usuarios ante una eventual manipulación de nuestro datos.